El 22 de diciembre tuvo lugar el tan esperado Festival de Navidad del Colegio San Miguel, donde se dio cita toda la Comunidad Educativa para pasar entre todos un rato agradable y maravillarnos con las actuaciones que profesores y alumnos habían venido preparando con ilusión y esfuerzo durante este primer trimestre del curso.

El 22 de diciembre tuvo lugar el tan esperado Festival de Navidad del Colegio San Miguel, donde se dio cita toda la Comunidad Educativa para pasar entre todos un rato agradable y maravillarnos con las actuaciones que profesores y alumnos habían venido preparando con ilusión y esfuerzo durante este primer trimestre del curso. Comenzaron como siempre los alumnos de Infantil, que vestidos ellos de San José y ellas de Virgen María, cantaron y escenificaron villancicos y poesías, todo con una gracia y un salero propio de los alumnos más pequeños. Seguidamente fue el turno para los chicos y chicas de 5º y 6º de Primaria, que interpretaron como verdaderos profesionales la obra titulada “La Pastorada”, la cual estuvo acompañada por el resto de alumnos con bailes y villancicos. Al terminar la obra de teatro, se siguió con el ya tradicional homenaje a los abuelos, a los que sus nietos obsequiaron con una sincera poesía. Y después de todo esto… comenzaron a aparecer los nervios, sobre todo en los alumnos más pequeños. Y es que nos quedaba la sorpresa final. Los Reyes Magos hicieron su aparición en el salón dejando momentáneamente apartadas sus tareas propias de estas fechas, para dedicar un tiempo y estar con los niños y niñas del San Miguel, a quienes obsequiaron con caramelos. Una vez que despedimos a los Reyes, los alumnos de Infantil y Primer Ciclo de Primaria se acercaron hasta la guardería de la localidad para compartir la alegría de la Navidad con los más pequeños, mientras que el resto de alumnos lo hicieron con los ancianos de la Residencia. Fue una mañana mágica, que se pasó casi sin darnos cuenta, con mucho, mucho trabajo durante los últimos meses, que desde aquí agradecemos a las profesoras, pero que vale la pena por el mero hecho de hacer disfrutar y ver felices a nuestros alumnos y, como no, también a nuestras familias.